Por: Salex Chavrod
México es el país donde No pasa nada, y donde todo está de maravilla, pero también pasa de todo y donde el apocalipsis parece que se adelanto. Entre contrastes y contrapartes nos encontramos los mexicanos a la mitad, indecisos, indiferentes, e ignorantes ante las circunstancias más importantes que nos afectan a todos. Sin duda la mentalidad del mexicano no gira al interés de la política y mucho menos de los políticos. Pero cada mes que pasa no entienden por qué la vida es más difícil, se quejan del aumento a la gasolina, del gas y otros productos básicos. Se desesperan por el desempleo, por los salarios de hambre y la desigualdad. Pero siguen sin saber la razón de su decadencia, mientras que se refugian en programas de televisión o de internet.
Ellos siguen sin entender la lógica del No pasa nada, de esas palabras que pregonan los gobiernos y otros políticos, pues no se dan cuenta que la doble negación es una afirmación. Mientras que pasa algo o nada, siguen transcurriendo los eventos. Pero fácilmente los cuestionamientos del mexicano promedio quedan opacadas con otras cosas, por el futbol, las novelas, los programas de concursos y hasta los mismos noticieros que solo informan lo que le conviene al gobierno. Los medios de comunicación se han convertido en medios de desinformación masiva, pues el exceso de información y la escasa explicación de las causas de los hechos, sumando también el conformismo y la flojera mental de las personas, impide en la mayor parte de la gente a ser reflexivos y cuestionar a sus líderes y políticos.
Entonces no pasa nada, en serio, quizás imagino a los pobres y la pobreza, el hambre y la miseria, el desempleo y la esclavitud asalariada. Alucino que los empresarios no tienen llenadera y que los políticos trabajan para ellos, soy esquizofrénico al creer que en miles de pueblos en México el narco gobierna, y que vivimos en un país donde la constitución está muerta. Donde las leyes se usan como papel higiénico, donde el que tiene poder y dinero tiene la única verdad. Soy un tendencioso, un exagerado. Que esperaban de alguien que tiene ojos y no se le permite ver, de alguien que tiene oídos y se le prohíbe escuchar, de alguien que tiene boca y su voz no cuenta, alguien que recordó que tiene manos y que puede escribir. Soy quizás un loco, que solo espera no ser el único para no sentir que mis momentos de locura son exactamente eso.
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México es el país donde No pasa nada, y donde todo está de maravilla, pero también pasa de todo y donde el apocalipsis parece que se adelanto. Entre contrastes y contrapartes nos encontramos los mexicanos a la mitad, indecisos, indiferentes, e ignorantes ante las circunstancias más importantes que nos afectan a todos. Sin duda la mentalidad del mexicano no gira al interés de la política y mucho menos de los políticos. Pero cada mes que pasa no entienden por qué la vida es más difícil, se quejan del aumento a la gasolina, del gas y otros productos básicos. Se desesperan por el desempleo, por los salarios de hambre y la desigualdad. Pero siguen sin saber la razón de su decadencia, mientras que se refugian en programas de televisión o de internet.
Ellos siguen sin entender la lógica del No pasa nada, de esas palabras que pregonan los gobiernos y otros políticos, pues no se dan cuenta que la doble negación es una afirmación. Mientras que pasa algo o nada, siguen transcurriendo los eventos. Pero fácilmente los cuestionamientos del mexicano promedio quedan opacadas con otras cosas, por el futbol, las novelas, los programas de concursos y hasta los mismos noticieros que solo informan lo que le conviene al gobierno. Los medios de comunicación se han convertido en medios de desinformación masiva, pues el exceso de información y la escasa explicación de las causas de los hechos, sumando también el conformismo y la flojera mental de las personas, impide en la mayor parte de la gente a ser reflexivos y cuestionar a sus líderes y políticos.
Entonces no pasa nada, en serio, quizás imagino a los pobres y la pobreza, el hambre y la miseria, el desempleo y la esclavitud asalariada. Alucino que los empresarios no tienen llenadera y que los políticos trabajan para ellos, soy esquizofrénico al creer que en miles de pueblos en México el narco gobierna, y que vivimos en un país donde la constitución está muerta. Donde las leyes se usan como papel higiénico, donde el que tiene poder y dinero tiene la única verdad. Soy un tendencioso, un exagerado. Que esperaban de alguien que tiene ojos y no se le permite ver, de alguien que tiene oídos y se le prohíbe escuchar, de alguien que tiene boca y su voz no cuenta, alguien que recordó que tiene manos y que puede escribir. Soy quizás un loco, que solo espera no ser el único para no sentir que mis momentos de locura son exactamente eso.
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